
Hace poco me enteré de que era el Coltan y hoy he decidido investigar un poco, vean y juzguen.
Dicen, ojos que no ven corazón que no siente, pero para algo tenemos cabeza, y ya ni utilizamos el sombrero.
Realmente creo q esto promete un buen debate interno sobre conducta, moral y consecuencias.
El
coltan o
coltán no es un mineral propiamente dicho si no la abreviatura de dos minerales
columbopefdedle-tantalita . Es de color metálico apagado
. Son escasos en la naturaleza y se trata de un recurso estratégico, imprescindible en la fabricación de componentes electrónicos avanzados.
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La República Democrática del Congo posee el 80% de las reservas mundiales estimadas de coltan, este mineral está considerado altamente estratégico y por ello se entiende que exista una guerra en el Congo desde 1998.
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http://es.wikipedia.org/wiki/Coltan
fuente : wikipedia
EL COLTAN Y LA GUERRA DE CONGO
Para muchas personas la palabra coltan es tan extraña como incomprensible. No es en sí un nuevo vocablo. Es la combinación de dos palabras, que corresponden a sendos minerales: la columbita y la tantalita, de los que se extraen dos metales más apetecidos que el oro. Si tenemos en cuenta que estos metales están considerados altamente estratégicos y añadimos que el 80 por ciento se encuentran en la República Democrática de Congo, empezaremos a vislumbrar por qué hay una guerra en este país desde el 2 de agosto de 1998, por qué dos países africanos, como Ruanda y Uganda, ocupan militarmente parte del territorio congoleño y por qué, a la postre, han muerto ya más de dos millones de personas.
EL COLTAN Y LA GUERRA DE CONGO
Y es que el coltan es un metal esencial para el desarrollo de las nuevas tecnologías, las estaciones espaciales, las naves tripuladas que se lanzan al espacio y las armas más sofisticadas.
No hace falta tener muchos conocimientos de derecho internacional para afirmar que esta guerra constituye la mayor injusticia, a escala planetaria, que se está cometiendo contra un Estado soberano. En las últimas décadas la historia nos ha deparado tristes ejemplos de asalto y hasta de ocupación militar de un país independiente. Irak invadió Kuwait y Estados Unidos hizo lo propio en Granada, aunque con resultados distintos. Se han bombardeado países, como Afganistán e Irak, amparados en un dudoso respaldo de la ONU. Pero lo que no se había hecho, desde la invasión de países europeos por la Alemania de Hitler, era la ocupación pura y dura de un territorio, para aniquilar a miles de ciudadanos y explotar, al mismo tiempo, los recursos minerales del país ocupado. Esto es lo que está ocurriendo en la República Democrática de Congo. Lo que añade gravedad a esta piratería es la pasividad de la comunidad internacional. A quienes nos duelen todas las opresiones, nos sobrecoge este desprecio a una parcela de la humanidad, doblemente ultrajada.
Ya nadie puede ignorar que la guerra que padece la República Democrática de Congo tiene como causa la depredación de metales preciosos y recursos estratégicos. Con ellos se enriquecen unos cuantos y se financia la propia guerra. Los culpables son muchos. Según un grupo de expertos de Naciones Unidas, que elaboró un informe sobre la guerra en este país, el Ejército Patriótico Ruandés (APR) ha montado una estructura ad hoc para supervisar la actividad minera en Congo y facilitar los contactos con los empresarios y clientes occidentales. Se han creado varias empresas mixtas entre los negociadores europeos del coltan y miembros del APR y del círculo de personas cercanas al presidente ruandés Paul Kagame.
UN MILLÓN DE DÓLARES AL MES
El Ejército ruandés traslada en camiones el mineral a Kigali, capital de Ruanda, donde es tratado en las instalaciones de la Somirwa (Sociedad Minera de Ruanda), antes de ser exportado. Los últimos destinatarios son Estados Unidos, Alemania, Holanda, Bélgica y Kazajstán. La compañía Somigl (Sociedad Minera de los Grandes Lagos), tiene el monopolio en el sector; es una empresa mixta de tres sociedades: Africom (belga), Promeco (ruandesa) y Cogecom (surafricana). Entrega 10 dólares por cada kilo de coltan exportado al movimiento rebelde Reagrupación Congoleña para la Democracia (RCD), que cuenta con unos 40.000 soldados, apoyados por Ruanda. «Con la venta de diamantes –ha declarado el mismo Adolphe Onusumba, presidente de la RCD– ganábamos unos 200.000 dólares al mes. Con el coltan llegamos a ganar más de un millón de dólares al mes».
La mestiza pakistaní-burundesa Azazi Gulamani Kulsum, una famosa contrabandista en la región de los Grandes Lagos, es la gestora de Somigl. Esta mujer empezó su carrera en Bunia, vendiendo tabaco de contrabando. Muy próxima al dirigente hutu burundés Léonard Nyangoma, era considerada hace poco como el principal abastecedor de armas a los rebeldes ruandeses hutus. Hoy, gracias a la Somigl, trabaja con el ejército ruandés, que en principio se encuentra en Kivu para perseguir a los hutus.
En la zona controlada por los ugandeses –ha señalado la periodista Marina Rini después de visitar el noreste de la República Democrática de Congo– no existe monopolio. Asegura que en Butembo operan seis grandes compradores extranjeros, oficialmente en competencia entre ellos. Los empleados extranjeros, aparte de un ugandés, son todos ex soviéticos: rusos o kazakos tal vez. Sin revelar su identidad han confesado a Marina Rini: “Vivíamos desde hace varios años en Suráfrica y ahora hemos venido a comerciar con el coltan”. A ellos les compra Kazajstán. Informaciones reservadas de las Naciones Unidas revelan que el tráfico lo organiza la hija del presidente kazako, Nursultan Nazarbaev, a través de sociedades mixtas belgas. La hija de Nazarbaev está casada con Vassili Mette, director general de Ulba, la empresa kazaka que extrae y refina uranio, coltan y otros minerales estratégicos. Al parecer, Salim Saleh, hermano del presidente ugandés, Yoweri Museveni, no está al margen de este floreciente negocio.
LAS COMPAÑÍAS OCCIDENTALES EN LA EXPLOTACIÓN DEL COLTAN
Ésta es, a grandes rasgos, la sutil tela de araña de un negocio internacional que está alimentando una guerra en el corazón de África y empobreciendo a los ciudadanos de uno de los países más ricos de la tierra. Pero hay más. El IPIS (Servicio de Información para la Paz Internacional) ha realizado un minucioso estudio sobre las vinculaciones de empresas occidentales con el coltan y, por tanto, con la financiación de la guerra en la República Democrática de Congo.
Los documentos reunidos por esta organización establecen que la compañía belga Cogecom sprl ha sido un socio clave en el monopolio instaurado por los rebeldes congoleños. Las transacciones entre Somigl y Cogecom supusieron 600.000 dólares para la RCD sólo en el mes de diciembre de 2000. Otras transacciones similares han tenido lugar entre Somigl y Cogear, una compañía con una dirección ficticia en Bélgica.
La investigación sobre las actividades del grupo alemán Masingiro GMBH revela tres transacciones comerciales realizadas entre junio y septiembre de 2001 y que cubrían la exportación de 75 toneladas de coltan. Las cantidades en juego hacen pensar que el coltan exportado por la compañía alemana procede de stocks acumulados por el monopolio de la RCD (la Somigl). Este coltan ha sido enviado a Alemania a través del aeropuerto de Ostende y el puerto de Amberes por las compañías de transporte TMK (vinculada a la RCD), A.B.A.C y NV Steinvweg (Bélgica). El coltan estaba destinado sin duda a la fábrica de tratamiento de tántalo en manos de H.C. Starck, filial de Bayer y líder mundial en la materia.
El hombre de negocios suizo Chris Huber parece jugar un papel primordial en la financiación del esfuerzo de guerra de Ruanda. La investigación demuestra que sus compañías Finmining y Raremet compran el coltan de Rwanda Metals, una compañía que actúa en nombre del ejército ruandés y lo revende a la fábrica de transformación Ulba en Kazajstán. Se sabe que existen transacciones entre Finmining y la compañía kazaka de fletes Ulba Aviakomapnia/Irtysh Avia para los envíos de coltan de Kigali a Kazajstán. Chris Huber podría estar ligado a Victor Bout, un conocido traficante de armas, suministrador de diferentes grupos rebeldes y armados en África.
Eagle Wings Resources (EWR) es una joint-venture (empresa de riesgo compartido) entre la americana Trinitech y la holandesa Chemi Pharmacie Holland. El representante local de EWR en Kigali es Alfred Rwigema, el cuñado del presidente Paul Kagame. El informe de las Naciones Unidas acusa al presidente ruandés de jugar un papel motor en la explotación de los recursos naturales de la República Democrática de Congo. La dirección de EWR afirma haber rechazado propuestas comerciales de Grands Lacs Metals, otra compañía del coltan controlada por el ejército ruandés. .
Alcatel, Compaq, Dell, Ericsson, HP, IBM, Lucent, Motorola, Nokia, Siemens y otras compañías punteras utilizan condensadores y otros componentes que contienen tántalo, así como las compañías que fabrican estos componentes como AMD, AVX, Epcos, Hitachi, Intel, Kemet, NEC.
OBJETIVO: DIVIDIR EL CONGO
Hay que subrayarlo una vez más: estos oscuros negocios son, en primera instancia, los culpables de una guerra no por olvidada menos dramática y bochornosa. Con un agravante: se teme que sobre el mismo territorio de la República Democrática de Congo pesa la amenaza de la fragmentación. Es decir, la división en varios estados, lo que facilitaría aún más la explotación de los recursos. Ya lo presintió y denunció –y por eso lo asesinó el ejército ruandés– Mons. Christophe Munzihirwa, arzobispo de Bukavu.
Más recientemente, el obispo congoleño de Kamina, Mons. Jean-Anatole Kalala Kaseba durante un encuentro con el Comité de Solidaridad con el África Negra en Madrid: “Creemos que los que han creado esta situación pueden ponerle fin, especialmente los americanos. La ONU está allí, incluso en mi diócesis. Son observadores, pero ¿qué es ser observador? Tienen un programa que no quieren decirnos. Aseguraron que venían para ponerse entre los beligerantes, pero vienen a confirmar la partición del país. Nosotros hubiéramos preferido que estuvieran en todas las ciudades, pero resulta que no están presentes ni en Uganda ni en Ruanda. Tenemos razones para creer que estos observadores han sido enviados por las multinacionales. El ex presidente de Botsuana Kett Masire –el mediador en el conflicto congoleño– ha dicho claramente que si fracasa el diálogo intercongoleño, la ONU tomará de nuevo el país en sus manos. No es nuevo. Esta guerra ha sido provocada para esto. La ONU quiere que fracase el diálogo intercongoleño para dirigir el país como un protectorado. Creo que la ONU está hoy al servicio de una gran potencia y hace lo que ella quiere”.
Esto no es sólo un temor. A mediados de marzo de 2002, el Gobierno de Ruanda, que ha convertido parte de Kivu en una extensión de su territorio, se apropió de todos los servicios telefónicos nacionales de Bukavu: instaló el código 250 de Rwandatel con un equipo completo para habilitar 3.000 líneas telefónicas, telefax y e-mail. De esta manera, todo el servicio de Internet está controlado desde Kigali, capital de Ruanda.
Comité de Solidaridad con el África Negra
Madrid
fuente : Solidaridad.net-
Fecha: 2003-10-24
Materiales
Primera fase: preparación del aglutinante.
Echar en un tarro 25 ó 30 mililitros de aceite de linaza o de cártamo —este último para colores blancos y azules— y 1 gramo de cera de abeja decolorada —la no decolorada contiene restos de miel e impurezas y amarillea la pintura—. En una olla hervir aproximadamente tres dedos de agua. Cuando rompa el agua a hervir apartarlo del fuego y meter el tarro cerrado en el agua para que la cera se derrita en el aceite. A los diez minutos aproximadamente la cera se derrite por completo. Sacar el tarro del agua caliente y dejarlo enfriar. A continuación, a 75 mililitros de aceite —si desea otra cantidad superior o inferior la puede emplear— ir añadiendo un poco de cera diluida. Agitar fuertemente. Añadir otro poco y volver a agitar, así sucesivamente hasta que el aceite quede turbio y blanquecino; pero debe conservar su estado líquido. Si nos pasamos al añadirle cera, el aceite se vuelve gelatinoso, podemos corregir el defecto añadiendo más aceite puro, ya que el exceso de cera también resulta perjudicial. En todos los casos el aceite debe quedar líquido y no gelatinoso. La función de la cera es evitar que el pigmento se separe del aceite. Si fabricamos una pintura sin añadir cera, en unos meses aparecen manchas secas de aceite. El exceso de cera también es un problema, ya que cuando seca la capa de óleo produce una apariencia mate y no brillante. Siempre será necesario probar la pintura para establecer la composición idónea.
Segunda fase: mezclado.
Tome el envase de plástico. Éste ha de tener dos cualidades, ser de plástico duro para que no se rompa con el esfuerzo y tener las paredes plana para poder rebañar bien con la espátula toda la pintura. En el envase se echa aceite de linaza —con la cera previamente diluida—, menos de un tercio de su capacidad, y se van añadiendo cucharaditas de pigmento, después se va mezclando con una espátula. Se añade más pigmento y se sigue mezclando, así sucesivamente hasta conseguir una pasta muy espesa, muy dura, que se clave la espátula y no se caiga. La pasta debe tener un aspecto más bien seco. Para ello debemos añadir el pigmento muy poco a poco y mezclar mucho. Llegará un momento que será difícil mover la espátula, ese es el estado ideal de la pasta. Recuerde que en la composición de la pintura debe existir la menor cantidad posible de aceite: su exceso es perjudicial. Esta fase de mezcla es muy importante, pues si queda aceite suelto o pigmento poco mezclado la pintura puede salir con defecto.
Tercera fase: desleído
Ahora trabajaremos con la moleta sobre el cristal. Si no tiene moleta puede servir el culo de un vaso de cristal pero que esté completamente plano, si no lo está aplánelo lijándolo sobre una hoja de esmeril de gramo muy grueso —evidentemente partiendo de un vaso que tenga el culo casi plano, si no es imposible—.
Le dije antes que necesitará dos espátulas, una la usará solamente para extraer del envase la pintura y otra para recoger la pintura del cristal. No cambie el uso de las espátulas pues contaminará la pintura al óleo de granulitos sin desleír.
Con la espátula de extender coja del envase una cantidad de pintura equivalente a media nuez y extienda la pasta sobre el cristal. Verá que la pasta es difícil de extender: buena señal. Vaya repartiendo la pasta lo más que pueda y déjela totalmente plana sobre el cristal. No deje montañitas, extiéndala. Guarde la espátula clavándola en el envase de la pasta. Deje sin cubrir de pasta los bordes del cristal, como cuatro o cinco dedos.
Ahora coja la moleta y empiece por una esquina a hacer círculos sobre la pasta. Comprobará que la pintura se pone lisa, fina y brillante. Tiene que hacer el recorrido poco a poco por toda la superficie. La moleta tendrá acumulada en sus rebordes pintura, esa pintura no está desleída, quítela con la espátula de extender y deposítela en el envase de la pasta. Con la moleta sin rebordes, dé una segunda pasada. Se tarda uno o dos minutos en dar las dos pasadas.
Finalmente, con la espátula de recoger, se va recogiendo la pintura y se va depositando en un tarro de cristal. Observará que la pintura es finísima, sin grumos y suficientemente pastosa.
Repita la operación de extender, desleír y recoger hasta que se acabe la pasta del envase o se llene el tarro de cristal. Se tarda aproximadamente 30 minutos en hacer 50 mililitros de pintura trabajando a ritmo rápido.
Cuando tenga el tarro lleno, remueva la pintura con la espátula de extender para que se ponga homogénea. Ya está lista, pruebe su pintura extendiéndola con un pincel sobre un lienzo o trozo de madera imprimada. Observará que cubre perfectamente el soporte, que es una pasta superfina, que no tiene grumos, que se marca la pincelada, que es brillante.
Guarde la pintura con la tapa cerrada. Para depositar la pintura en la paleta extraiga un pegote auxiliándose de la espátula.
Aclaraciones.
Hasta que no esté la pintura de prueba seca, no podrá concluir si la elaboración ha sido o no un éxito. Puede que quede más bien mate —señal de un exceso de cera— o que las huellas de la pincelada se suavicen —señal de un exceso de aceite con relación al pigmento. La pasta, antes de desleír con la moleta, no era suficientemente espesa—.
Si va a hacer el color blanco puede desleírlo con aceite de cártamo o adormidera, pues el blanco con este aceite no amarillea. No olvide mezclar el aceite de cártamo con cera. Con el aceite de linaza los blancos tienen una tonalidad algo amarillenta.
Los colores fabricados por usted mismo los debe usar relativamente pronto, en uno o dos meses. Suele ocurrir que un tarro con poca cantidad de pintura se seque.
Utilice pigmentos buenos finamente molidos. Al desleír pigmentos de grano grueso se nota como arenoso al deslizar con la moleta.
Si no usa pigmentos de calidad no merece la pena el esfuerzo, ya que los pigmentos malos se alteran rápidamente, los blancos amarillean.
Haga pruebas antes de aplicar el óleo en un cuadro de calidad para comprobar que no se separa el pigmento, que no cambia el color, que no se arruga la superficie —circunstancia que se sabrá en dos o tres meses—. Cada color puede requerir un tratamiento distinto. Si se separa, habrá que añadir más cera al aceite.
La pintura artesana al óleo no va a quedar como la pintura comercial, es una pasta algo más blanda o fluida. La pintura comercial es más densa porque está fabricada con molinos de rodillos que permite desleír una mayor cantidad de pigmento con menos aceite —y seguramente tendrá más sustancias que desconocemos—. La pintura artesana al óleo presenta un aspecto parecido al de la pintura acrílica. A los pintores antiguos este aspecto no le preocupaba, ya que los cuadros que realiza tenían un acabado liso, eran mínimas las partes con texturas. La pintura artesanal no va a valer para hacer empastes.
El secado de la pintura al óleo artesana es más lento que la comercial, seguramente por la misma causa: desconocemos lo que le añaden en sus fórmulas.
Se habrá dado cuenta del poco rendimiento para el mucho tiempo que empleará. Si usted necesita gran cantidad, está perdido. Ya entenderá por qué los pintores antiguos tenían un aprendiz para estos menesteres y por qué se desarrolló la industria de los colores.
Creo que aún así no está mal que un artista pruebe a fabricar sus colores con el fin de conocer los materiales y tener una agradable experiencia.
Este artículo esta realizado a partir de las experiencias prácticas del autor.
fuente: http://www.pinturaaloleo.es.tl/C%F3mo-fabricar-artesanalmente-pintura-al-%F3leo-por-el-propio-artista.htm